lunes, 10 de septiembre de 2007

Que nadie duerma


Hace unos días (la verdad es que mi intención era publicarlo el mismo día que ocurrió, pero normalmente uno no tiene el tiempo que quiere o necesita cuando lo quiere o lo necesita) se cruzó en mi camino un periódico local; no tenía nada mejor que hacer y me puse a hojearlo con cierta distancia y desgana; avancé página a página sin que nada me llamase la suficiente atención como para pararme a leerlo (ya se sabe, uno de esos días en lo que pasa es lo de siempre) y así, llegué a la contraportada, continué distraídamente resbalando la mirada hasta que llegué al extremo inferior derecho; ¿os situáis?, es ese en el que ya no puede haber ninguna noticia ni nada más detrás porque básicamente, el periódico se acaba.


Pues bien, como iba diciendo, allí se encontraban mis pupilas y yo pegado a ellas cuando descubrí una fotografía de algo que a simple vista no se distinguía bien, y debajo tres líneas churretosas hablando del acontecimiento: 10º aniversario de la muerte de la Madre Teresa de Calcuta. Una sencilla procesión de velas y una misa en su amada, eterna Calcuta.


Y eso era todo. No me refiero a los actos de conmemoración, supongo que fueron como ella hubiera querido, sino a la importancia que se le ha dado en los medios de comunicación.


¿Os habíais enterado?, ¿fué noticia en algún telediario?, ¿se le ha dedicado la atención que realmente merece persona de tan altísimia estatura moral?. Yo desde luego creo que no.


Así que ante esto, me pregunto: ¿cómo es posible?. Si acaso hay cielo -por llamarlo de alguna manera que nos entendamos-, ella con más razón que nadie estará allí y, como si lo viera, desde allí mientras nos mira con una benévola sonrisa, pensará y rogará al Dios de todas las cosas y hombres, a ese Dios que tanto defendió con fé, palabras y sobretodo amor que nos perdone y nos ame como ella nos amó.


Que nadie duerma: desgraciadamente, muy pocos podemos decir lo mismo.


Acabo con unos pensamientos de la Santa que creo reflejan el auténtico espíritu de esta cegadora luz del mundo:


"Todos hemos sido creados para cosas más elevadas: amar y ser amados. el amor es amor; amar a una persona sin condiciones, sin esperar nada a cambio. Las obras del amor son obras de paz y pureza. Las obras del amor son un medio para acercarse más a Dios ... el amor en acción es lo que nos da la gracia".


Y también:


"Enseñarás a volar,
pero no volarán tu vuelo.


Enseñarás a soñar,
pero no soñarán tu sueño.


Enseñarás a vivir,
pero no vivirán tu vida.


Sin embargo...
en cada vuelo,

en cada vida,
en cada sueño,
perdurará siempre
la huella del camino enseñado".


Madre Teresa de Calcuta

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